Francisco Carmena Sánchez (Toledo, 1996) es un artista plástico que trabaja en torno al ámbito de la Pintura, la Escultura y el Dibujo. Desde un principio mostró su posicionamiento hacia el Surrealismo o el Lowbrow, siendo notorio en sus primeros proyectos artísticos mediante una estética íntimamente ligada al cómic y al grabado. La creación de escenarios distópicos situados en un supuesto futuro "post - hominum" ocupa gran parte de su temática, y es precisamente en esa construcción de entornos donde entra en juego la representación de los elementos y ambientes áridos y angostos más propios de su lugar de origen, La Sagra, Toledo. 

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Del mismo modo, en su trabajo puede apreciarse una imagen híbrida entre esta estética y el concepto pictórico resultante tras el estudio e investigación de los entornos montañosos y la iluminación de las zonas nórdicas, llevada a cabo tras diversos viajes a los países escandinavos y contando en gran medida con la influencia de algunos paisajistas noruegos tales como Johan Christian Dahl.

 

Por ello, la luz y color trabajados engloban a todas las piezas con una misma atmósfera, un mismo “aire”. De este modo, los tonos violáceos propios de los contornos y paisajes lejanos componen la base de unas escenas en las que en ningún momento se ve claramente la fuente u origen lumínico que las envuelve. En todas ellas se vislumbra y presupone su raíz, sin embargo en ningún caso se puede percibir directamente. Para profundizar en esta cuestión, el artista lleva a cabo una concienzuda observación y estudio del movimiento Metafísico y de como sus autores representaban la Luz en diferentes entornos.

 

La Luz y la Naturaleza en sí misma son los ejes centrales de su planteamiento artístico actual, no obstante siempre ha tendido a representar versiones ficticias o fantásticas de algunos animales o parajes naturales. En algunos casos, trata de crear nuevos “relatos” que narran como esos elementos y seres de nuestro entorno cambian su estado habitual y desarrollan nuevas características que modifican de un modo u otro su estética común para habituarse a un nuevo contexto.

 

La relación directa con algunos iconos o símbolos populares es otro de los aspectos que trata el artista, pues todos formamos parte de esa cultura “Pop”, y a través de ellos se presentan ideas y conceptos que, a pesar de su dudosa fiabilidad, se mantienen hoy en día.  Para ello, en ocasiones tendrán presencia elementos y objetos presentes en su infancia, que remarcan más si cabe esta idea.

 

Además, piezas del arte antiguo como esculturas o estatuas se integran en algunos casos en estas distópicas representaciones, referenciando el hecho de que en algún momento la Naturaleza solamente podrá ser vista como un componente más de lo que un día llegó a formar parte de nuestro medio en un lejano pasado.

 

Sin duda, la ironía y la sátira poseen una relevancia vital en su obra, pues la composición de juegos visuales y de contradicción comprende un papel fundamental en su proceso de creación, acentuándose en algunos casos a través de la influencia de artistas como René Magritte, De Chirico o Moebius.